Cuatro personas heridas por ataques de perros
Una vivienda de la localidad de Villa del Carmen, en San Isidro de Lules, fue escenario de un ataque de animales que dejó como saldo cuatro personas heridas. Dos mujeres, una pequeña y un hombre fueron internadas (los mayores en el Hospital Padilla y la criatura en el de Niños), tras ser mordidos por dos perros de gran porte, de la raza pitbull terrier.
El lamentable hecho ocurrió a las 10.00 de ayer en la vivienda de Estela Olea de Vergara, ubicada en la calle Sáenz Peña al 200. La mujer trabajaba en un negocio de venta de comidas rápidas con su empleada Marcela Beatriz del Valle Pérez, de 33 años, quien ayer fue a trabajar acompañada de su hija Constanza Rodríguez, de 9.
En un descuido de Pérez (quien preparaba empanadas), su hija salió al patio e intentó acariciar a uno de los animales. En ese momento fue atacada por el perro. Al intervenir la madre, el otro can la mordió en la nuca y la derribó.
Esta escena desgarradora hizo que la propietaria de la vivienda saliera en defensa de las víctimas, pero los perros, enfurecidos, no pudieron ser detenidos.
Olea de Vergara sufrió también serias heridas en la rostro, piernas y brazos. Su vecino Juan Oscar Oribe, de 53 años, ingresó a la vivienda para rescatar a la niña y a las mujeres y también fue víctima de la saña de los animales, quienes lo atacaron en el pecho, rostro y brazos.
Los vecinos ingresaron a la casa con palos y pudieron dominar a los enfurecidos animales. Luego, en una ambulancia y en un móvil policial trasladaron a las víctimas hasta la Capital, para ser atendidas.
Marcela Pérez debió ser intervenida quirúrgicamente por las heridas que sufrió en la parte posterior del cuello, además de las lesiones en el abdomen y en la pierna izquierda. En cuanto a la dueña de casa y Oribe, resultaron con heridas múltiples. La pequeña Constanza fue operada en el Hospital de Niños. Tiene heridas distribuidas en todo el cuerpo, cuero cabelludo, cara, tórax, brazos y piernas. Fuentes del nosocomio indicaron que no se hallaron lesiones que afectaran sus órganos vitales, pero de todos modos su estado es delicado.
Una trágica referencia
El 19 de agosto último, al mediodía, el pequeño Gianfranco Tula Campos, de un año y dos meses, fue atacado por dos perros de la raza rottweiler en el fondo de su casa de Juan Luis Nougués al 1.100, en el barrio Jardín.
De inmediato fue internado en el Hospital del Niño Jesús, aunque la magnitud de sus heridas (tenía severos daños en todos sus órganos) no evitaron que falleciera poco después de las 23.30 de ese día.
Anteayer, la Legislatura sancionó una norma que regula la cría y tenencia de canes potencialmente peligrosos. Entre las disposiciones de la ley, se señala que estos animales deben llevar puesto un bozal mientras son paseados y otorga al Estado la potestad de secuestrarlos, si considera que son riesgosos para la comunidad.
El rottweiler está en esa lista de razas.
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