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‘Guardianes’ que se vuelven peligrosos por irresponsabilidad

DURÁN, Guayas. Asesino, de raza pitbull, es el guardián de una familia en el cerro Las Cabras, donde se han estruchado casas.

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Octubre 12, 2008
Desde mayo, dos niños han muerto por agresiones de perros. Especialistas critican a dueños. Tiene 7 años y como la mayor parte de los niños de su edad Dalton Villamar González es inquieto, juguetón y amante de las mascotas, pero hoy, en su humilde vivienda de la parroquia Pascuales, está herido y asustado. Teme ver un perro, después de que el último domingo uno mestizo –cruzado con chow chow– lo atacó cuando, según sus padres, el pequeño quiso darle de comer por sugerencia de la dueña del can.Ese día, a eso de las 13:00, el animal atacó ferozmente al pequeño, que hoy luce un parche de al menos 15 centímetros en el costado derecho de la cabeza. Con eso cubre las tres heridas profundas que el perro le hizo con sus colmillos, los que –según el diagnóstico médico– le rompieron vasos sanguíneos.Hasta el miércoles, la preocupación de los padres de Dalton, Ariana y Oswaldo, iba más allá de que el niño se recupere, pues hasta ese día los dueños del animal no lo llevaban al departamento de Zoonosis de la Dirección de Salud del Guayas para su observación. Ese, según esta entidad estatal, es el principal motivo por el cual el 25% de las personas atacadas por perros debe recibir la vacuna para prevenir el desarrollo de la rabia.Es la información que maneja Zoonosis, donde cada año se reciben al menos 3.000 casos de personas mordidas por perros, de esos casos el 75% se registra en Guayaquil, refiere Édison Villamar Cajas, jefe de la unidad que el pasado jueves se trasladó hasta Pascuales con el comisario de Salud, Eduardo Crespo Rodríguez, para observar al perro que agredió a Dalton, y que sus propietarios habían escondido en una casa cercana, donde se lo seguirá observando.Aquel ataque fue uno de los cinco fuertes ocurridos desde mayo hasta el pasado domingo, pero en los casos restantes dos víctimas fallecieron y las otras quedaron con secuelas graves. Aunque el 80% de las personas mordidas por perros son adultas, todos los agredidos graves eran niños, de entre 2 y 7 años, y los canes violentos de tipo american pitbull terrier, “especie que no es reconocida entre las 370 razas de perro a nivel mundial y que es agresiva por naturaleza”, dice Doubosky delos Márquez, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Registros Caninos (Aercan) y de la de perros ovejeros alemanesNo es un animal sociable, sostiene, y los dueños deben estar conscientes de que es un can realmente peligroso, por lo que recomienda que quienes los tienen eviten que tengan crías. Su aseveración se sustenta en la reacción de esos canes, que según algunas teorías fueron creados para peleas y provienen del old english bulldog cruzado con el blue paul terrier escocés, hoy desaparecido, fusión que permitió que en el perro se desarrollen la agilidad y la valentía para el combate.Pese a eso, hay personas que tienen pitbull “sin temor”, dicen. En Durán, por ejemplo, la familia Illescas tiene ejemplares en diversos domicilios del cerro Las Cabras, “para protegerse ante tanta delincuencia”, aseguran. Son vecinos de Joel Rivera Paz, de 4 años, quien el pasado 11 de septiembre fue atacado por un animal de otro amigo que le destrozó la parte superior del rostro. Ya lo han sometido a dos cirugías, en cuatro meses le harán una más, pero, según los médicos, necesitará otras hasta la adolescencia. El perro continúa en el sector.Aunque no existe un dato oficial, criadores de Ecuador que prefieren la reserva de sus identidades y que en el 2003 crearon la Asociación American Pitbull Terrier (hoy inactiva, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería), creen que en Guayaquil hay más de 2 mil de esos animales, al menos el 60% de los que existen en el país.La mayoría los utiliza como un “guardián” y los encierra o los amarra, pero “es una crueldad, porque tiene un efecto negativo en el comportamiento y la salud del animal”, dice un veterinario de Zoonosis, y refiere el caso de David Bajaña Ochoa, de 2 años, quien el pasado 8 de agosto sufrió la destrucción de su cabeza y parte del cerebro cuando lo atacó un pitbull que estaba encerrado en un área de la casa donde trabajaba su madre, en Naranjito, Guayas.Otro error, según Delos Márquez, es “regalar un problema”. Se refiere al hecho de entregar a otros un perro agresivo o llevar a casa ajena al animal para aparearlo. Fue lo que ocurrió en Quito, el pasado 26 de septiembre, cuando Ignacio, un niño de 7 años, fue atacado por dos pitbull que habían sido unidos para que procrearan. “Sin duda el niño fue a buscar a su mascota, la perra, y el macho temió que se la quitaran. Por eso lo mordió y la hembra apoyó la agresión”, analiza el especialista.Aunque el 90% de las mordeduras son hechas por perros mestizos, los ataques más violentos en el Ecuador han sido de animales pitbull, doberman y rottweiler, uno de esta raza atacó en mayo pasado a Jorge Villamar Sorroza, de 2 años, a quien hirió en el rostro y cabeza. Sucedió en su casa de Brisas del Río, en el norte de Guayaquil, donde el agresor era la mascota. La familia del niño comentó después que el pequeño quiso coger el recipiente cuando el animal se alimentaba.Ante la serie de denuncias, especialistas coinciden en que hay canes que no tienen buen propietario. Javier Cevallos, de la Asociación Amigos con Cola, cree que los perros atacan por irresponsabilidad del hombre, “porque no hay animales peligrosos, sino personas que no saben cuidarlos, darles cariño y la libertad necesaria”.
Javier CevallosAsociación Amigos con Cola“Los perros atacan por irresponsabilidad de sus propietarios. No hay animales peligrosos, sino personas que no saben cuidarlos, darles cariño y la libertad necesaria”.

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